“Todo es doble; todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse.”
Este principio nos habla de la dualidad. Es decir, todo es lo mismo, solo cambia el grado de vibración entre uno y otro. La cara y la cruz son la moneda vista desde diferentes ángulos.
Por tanto, los opuestos son los dos extremos de la misma cosa. El calor y el frío, temperatura en diferentes extremos, pero ambas características son temperatura. ¿Dónde empieza el calor? ¿Y el frío?
Este principio nos muestra que todo es relativo entre dos opuestos y que todo está constituido por este principio.
Tenemos que tener en cuenta que actúa de igual forma a nivel mental. Por ejemplo, amor y odio, dos polos con muchos matices y grados que los diferencian. En realidad, encontramos infinitos niveles de precisión entre un extremo y el otro.
Y lo mejor de todo es que podemos llegar al punto que transformamos una característica en la otra, acercándolas se funden.
Veamos, ¿qué sucede entre el bien y el mal? Son lo mismo, no existe el mal absoluto ni el bien absoluto y el hermetista conoce cómo hacer la transmutación del mal en bien, del odio en amor…
En realidad, esta es la alquimia de la que el ser humano se puede realmente beneficiar. El arte de polarizar.
Dominar el arte de polarizar nos hará libres.
Dejo aca el libro «El Kybalion» en formato pdf.